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¿Qué diferencia hay entre empatía y compasión?

¿Qué diferencia hay entre empatía y compasión? | Mindslines

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¿Es lo mismo la empatía que la compasión?

La psicología empresarial explica qué es la empatía y cómo debe incluirse en el liderazgo consciente. De manera menos frecuente se completa su significado con la proactividad, ya que la empatía funciona en tándem con la compasión. De hecho, ambos términos se usan en ocasiones como sinónimos, aunque implican momentos y acciones diferentes. En otras ocasiones, la conducta compasiva se confunde con la misericordia o la piedad. Sin embargo, la compasión tiene un sentido propio sin connotaciones negativas. ¿Qué diferencias hay entre empatía y compasión? ¿Es una mejor que otra? ¿Cuándo debemos emplearlas? Distinguir estos conceptos y aplicarlos en su conjunto revolucionará tu ámbito laboral y personal.

¿Qué es tener compasión?

La compasión va más allá de la mera identificación del sufrimiento de los demás. Esta primera fase de ponerse en el lugar del otro se denomina empatía. Esta se da en una suerte de awareness o “darse cuenta” en el que se dan 2 procesos psicológicos: uno de componente emocional (sentir lo que otros sienten) y otro cognitivo (comprensión de lo que sienten). Entonces, ¿qué diferencia hay entre empatía y compasión?

El descubrimiento de las neuronas espejo por Giacomo Rizzolatti en los años 90 sirvió para explicar una de las bases biológicas de la empatía y la compasión. Estas células nerviosas se activan en el cerebro tanto cuando hacemos o sentimos como cuando vivimos estas experiencias en quienes nos rodean. Ahora bien, ¿qué ocurre con el componente conductual?

Efectivamente, tras evaluar y sentir la experiencia ajena podemos quedarnos en ese punto o podemos ir más allá y llevar a cabo acciones para aliviar el sufrimiento del otro.  Aquí es donde entra en juego lacompasión y su diferencia con la empatía. Con la compasión nos hacemos cargo de una necesidad, la de generar beneficios con actos propios. Se trata, en definitiva, de dejar de sentir altruísticamente para adoptar la empatía en el proceso de toma de decisiones.     

Diversas investigaciones han demostrado los cambios cerebrales que se dan a través de la compasión. En su libro La neurociencia de la compasión, el profesor de la Universidad de Wisconsin-Madison, Richard Davidson, explica que experimentarla reduce la actividad de la parte del cerebro asociada a estados de ánimo negativos, la corteza prefrontal derecha. Por el contrario, se establece una mayor conexión neuronal entre pensamientos y sentimientos.

Líder empático, líder compasivo

En 2016, John Stumpf, director ejecutivo de uno de los 4 grandes bancos de Estados Unidos, compareció ante el Congreso. Stumpf había creado 2 millones de cuentas falsas para obtener un mayor rendimiento de las acciones. Tras descubrirse el delito, despidió a 5.300 empleados para redirigir la culpa y amortizar las multas. Ver la comparecencia de Stumpf da una idea de cómo el poder puede influir negativamente en la empatía y la compasión. Hizo perder el trabajo a miles de personas, pero, lejos de sentir sinceramente el daño provocado, se mostraba más bien sorprendido por la situación.  

Realmente no es que el poder disminuya la capacidad empática. Lo que ocurre es que la presión, la inmersión en el diseño de estrategias y las decisiones empresariales en ocasiones pueden llevarnos a transformar nuestro cerebro hacia una menor empatía. La buena noticia es que la empatía y la compasión se pueden aprender, practicar y potenciar. ¿Cómo establecer diferencias entre empatía y compasión y actuar en consonancia?:

  1. Focalizar la atención hacia los sentimientos de los demás.
  2. Entender el sufrimiento. No hace falta compartirlo, solo comprenderlo.
  3. Llevar a cabo conductas que disminuyan el sufrimiento del otro. Esta es la parte transformadora, la que produce cambios positivos en el líder y el grupo. En definitiva, ser compasivo o compasiva.

Cómo es el liderazgo compasivo

Un proverbio chino dice que no hay forma de compasión, sino que la compasión es el camino. Además de obtener resultados cuantificables, el liderazgo debe incluir estrategias empáticas y compasivas, que no es contrario a un liderazgo que pone límites claros cuando son necesarios. La clave está en intentar trasladar la compasión a todas las interacciones. Estas son algunas ideas:

  • Tomar un tiempo al día para reflexionar sobre aquellas acciones que hayan involucrado a otros.
  • Reconocer los errores y transmitirlo.
  • Preguntarse cómo podemos generar beneficios en los demás.
  • Establecer canales de información e interesarse sobre cuestiones personales y laborales que afectan a los miembros del grupo. 
  • Descentralizar el ego, reconociendo que las personas que nos hacen sufrir son también sufridoras.

Para liderar equipos humanos, debemos conectar con nuestra humanidad. Practicar la empatía y la compasión son muy buenas estrategias que nos acercarán a esa meta y, por consiguiente, a las personas en nuestro entorno.

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